Nuestros
queridos y amados hijos, el día que ya nos vean viejos, les pedimos por
favor que tengan paciencia, pero sobre todo traten de entendernos.
Si
cuando hablamos, repetimos el tema, no nos interrumpan diciendo “eso ya
me lo contaste” solamente escuchen por favor y recuerden los tiempos en
que fueron niños nosotros les contábamos lo mismo, hasta
que se quedaban dormidos. Cuando no nos queramos bañar, no nos regañen y
por favor no traten de avergonzarnos, solamente recuerden las veces que
su madre tuvo que perseguirlos con miles de excusas para que se
bañaran cuando niños. y si al comer, nos manchamos, que es común, o
tiramos la comida,o hacemos gestos que no gusta, no se impacienten,
nosotros vimos lo mismo de ustedes cuando guaches.
Cuando vean
nuestra ignorancia ante la nueva tecnología, enséñenos un poco para
aprender, no se desesperen. Recuerden que nosotros les enseñamos muchas
cosas, como comer, vestirte y peinase, como lidiar con la vida, antes no
había controles remotos, les llamábamos a gritos por su nombre o apodo,
ese era nuestra mas rápida forma de llamarles y los mensajes se
mandaban con el que iba pasando,no fallaba.
Si alguna vez perdemos
la memoria o la conversación, no se impacienten, los libro de cuentos e
historias siempre serán los mismos,solo habrá nuevos libros con nuevos
cuentos e historias.
Tengan presente que lo más importante para
nosotros es estar con ustedes y que nos escuchen. Y cuando nuestras
cansadas y viejas piernas, no nos dejen caminar como antes, denos su
mano, de la misma manera que nosotros se las dimos cuando dieron sus
primero pasos.
Cuando estos días lleguen, traten de entendernos y
ayúdenos mientras llega al final de nuestras vidas. Nosotros se los
estamos agradeciendo siempre, y esperamos con gran amor ese momento.
Recuerden que aunque con sus prisas y pretextos, siempre los amaremos.
Atentamente sus padres.
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