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martes, 18 de julio de 2023

El TEQUESQUITE, UNA MÍTICA CIUDAD DE PIEDRA EN TLALCHAPA, GUERRERO.


Tlalchapa cuenta con un sitio de magia y leyenda en el Cerro de Tequesquite. Ahí se pasea "El Amigo" como Juan por su casa. Celoso, cuida los tesoros que escondió Pedro Asencio en la Guerra de Independencia, y campea desde allá a los que fueron a hacer un "pacto" con él para "tener todo lo que quieran" en esta vida a cambio de su alma, que servirá de leña en el infierno. 




Es el cerro mágico de Tlalchapa, que con sus piedras gigantes, como casas encantadas, forma laberintos sin salida, donde la realidad, la leyenda y la fantasía entretejen historias llenas de colorido y misterio. Todo puede ser posible en los "encantos" y también en los relatos de quienes han "visto y oído" al mismo diablo. Ahí está el Puente de Dios, que separa el valor, del miedo; lo audaz, de lo pusilánime; la historia, de la leyenda; la imaginación, de la realidad, y más. 

Fotos: Profr. Enrique Ponciano Lara.

martes, 17 de febrero de 2015

La Nana Colasa en Cutzamala

Una de las leyendas más terroríficas en toda la Tierra Caliente, y quizá la más popular, es la de La Nana Colasa, desde Huetamo a Ajuchitlán y de Arcelia a Zirándaro, incluso lugares cercanos como Amatepec, Tejupilco, Tetela del Río, Apatzingán, etc. 

La difundieron quizá desde 1540 cuando llegaron a Tierra Caliente los primeros frailes que decían que en la región "estaba muy bien el Diablo, pacífico y en paz" según las crónicas. La Nana Colasa se decía que era "la mamá del Diablo", que tenía grandes senos aunque algunos decían que tenía uno más grande que el otro; en ocasiones la pintaban como una mujer gorda y espantosa pero en otros como guapa y sensual que invitaba a los hombres a la manera de Xtabay en Yucatán. En aquellos dos casos la Nana Colasa invitaba a mamar sus senos con fines eróticos y el hombre corría asustado al ver de quién se trataba. Nana está en tarasco y significa "madre", y Colasa es por Nicolasa. En Cutzamala durante siglos se dijo que se paseaba por el arroyo de Xarakuaro muy cerca de la loma El Divisadero cuyo nombre es también de Xarakuaro, y de ahí se iba al cerro La Tondónikua donde "radicaba" su hijo el Diablo. Esto lo decía la conseja popular, el vulgo. La han querido identificar con La Llorona pero no debe ser por que la Nana Colasa no clama por sus hijos como lo hace aquella. Por algunos rumbos de Tierra Caliente le llaman Culasa, tal vez por sus grandes caderas. Hoy se ha acabado esta leyenda por que dicho arroyuelo, la loma y el cerro La Tondónikua están grandemente poblados. De esta leyenda y otras se trata en mi libro "Cutzamala Magia de un Pueblo". Las leyendas, aunque no son ciertas, son el adorno de la Historia, como los aretes en una mujer guapa.


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