Cd. Altamirano está volviendo a su vida normal, está rehaciéndose
después de estar intensamente agobiado por la llamada delincuencia
organizada.
Fue tanta la ignominia criminal, que obligó a muchas
familias adineradas a abandonar este lugar comercial de la Tierra
Caliente, dejando sus domicilios y sus amigos, igualmente cerraron sus
prósperos negocios, pues las extorsiones y los asesinatos ocurridos a
cualquier hora del día o de la noche, no eran para menos.
Así,
Cd. Altamirano dejó de ser en esos momentos, un lugar tranquilo para
desarrollar las actividades habituales de siempre, y dio paso a la
inseguridad, que permeó alarmante y notablemente en el ánimo de sus
habitantes. Esa situación tenebrosa y de miedo, fue ampliamente
difundida en los medios de información en la Entidad.
Al
respecto, un amigo que atiende su negocio a un costado de la catedral,
recuerda con coraje: -Allí, en aquella esquina (señalándome el sitio),
mataron a uno, ¡en la mañana! Y a otro lo mataron en el zócalo!-
-No, si estaba cabrona la cosa! Mucha gente de dinero, se fue de Altamirano, solo los más jodidos nos quedamos!- remata, este hombre que sufrió y resistió estoicamente varios intentos de extorsión
-No, si estaba cabrona la cosa! Mucha gente de dinero, se fue de Altamirano, solo los más jodidos nos quedamos!- remata, este hombre que sufrió y resistió estoicamente varios intentos de extorsión
Por
su parte, un ex – trabajador de la CFE, dice: -No profesor, los
problemas se dieron en gente que andaba mal, pero en las personas de
bien, como tú, que trabajaba en Veterinaria, no peligraban, solo estando
en el lugar de las balaceras, entonces si corrías peligro de que te
dieran,- dice un convencido vecino.
En este ánimo, se ven
policías federales, gendarmes y patrullas de soldados del 34 Batallón de
Infantería, vigilando la ciudad, y tal vez sea esta la causa de la
disminución significativa de inseguridad devastadora en mención.
En la actualidad, afortunadamente ya se respira otro ambiente, el mismo
que da la certeza de poder caminar por sus calles, sin que la congoja o
la zozobra de sufrir algún percance criminal, y que este sea una
limitante en tu diario acontecer, aunque debemos señalar que aún haya
vestigios de cierta desconfianza, pero hasta allí, no pasa nada.
No obstante, Cd. Altamirano ha cambiado…y mucho, para empezar, muchas
de sus calles importantes que por años eran “unos arrozales” en esta
época del año (por aquellos de los lodazales y el brote natural del
cebollín, hierba parecida a una gramínea forrajera), hoy se miran
pavimentadas, e incluso hasta con estructuras de diversión, deportiva y
cultural, construidas en medio, a lo largo de una de esas vías, que es
de las calle más extensas de la ciudad (Independencia Oriente).
Aun con todo ello, Cd.
Altamirano está renaciendo rápido, las cenadurías y otros negocios
culinarios nocturnos observados en las calles, dan confianza y certeza a
la gente de que la crisis de seguridad, se ha ido alejando
paulatinamente, para fortuna de los altamiranenses.
Todo lo
anterior, se ha hecho acompañar de una inusual escasez de lluvia, lo que
sin duda, resultará amargamente en la producción agrícola, pero
también, en los rendimientos de la producción pecuaria.
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