Partidarios del maderismo cívico y revolucionario, los ciudadanos agrupados en el Club Juan Álvarez de Huitzuco, Gro., aceptaron el llamado de Francisco I. Madero a la insurrección contra el gobierno de Porfirio Díaz. En reunión de finales de agosto de 1910, nombraron como jefe de la fuerza armada en gestación al ranchero Ambrosio Figueroa, tomando en cuenta sus cualidades como organizador, conocedor de la comarca, personalidad fuerte y sus conocimientos militares adquiridos como oficial en las reservas creadas por el general Bernardo Reyes. Miembros de su Estado Mayor fueron designados Rómulo Figueroa, Martín Vicario, Matías Chávez y Fidel Fuentes. Semanas después, de un total de dos mil pesos que el tesorero de la Junta Revolucionaria de la ciudad de México, ingeniero Alfredo Robles Domínguez, entregó a Matías Chávez para el movimiento insurreccional guerrerense, proporcionó doscientos a los huitzuquenses para gastos de reclutamiento, compra de municiones, pólvora blanca, fulminantes, plomo en barras, máquinas de reformar cartuchos y otros accesorios; el resto del dinero lo enviaron a la costa; cantidad irrisoria para organizar un levantamiento como el que se pretendía, pero apelaban a la conciencia y recursos de los partidarios y simpatizantes. Por el mismo conducto, en octubre, la Junta les hizo llegar cuarenta y cinco rifles calibre 44 y cinco mil cartuchos. Dichas armas fueron llevadas y ocultadas en unas minas abandonadas en el rancho Las Joyas, de Ambrosio Figueroa, y quedaron a la expectativa durante varios meses. En la foto se aprecian: 1) Ambrosio Figueroa; 2) Pedro Vicario; 3) Federico Morales, y; 4) Fidel Fuentes; en algún lugar del municipio de Huitzuco.
Texto: Francisco Herrera Sipriano, profesor investigador INAH, Museo Regional de Guerrero. Fototeca INAH, 33461.