Este sábado 24 de junio, día de Juan El bautista, fue presentado un nuevo libro del doctor en Administración y Contabilidad Carlos Arias Castillo, en Ciudad Altamirano, donde el comentarista fue el escritor Noé Israel Borja, además del autor que se apoyó con diapositivas.
En esta nueva obra, entre tantas cosas interesantes el catedrático de la Universidad de Guanajuato habla sobre el posible origen del festejo del Día de San Juan en Ciudad Altamirano, apoyado en parte en información de Félix Manuel Villela, ilustre altamiranense ya fallecido.
Así dice don Carlos Arias: “Según la tradicional oral (…) fue el propio fray Juan Bautista Moya, quien a sabiendas de que el cerro de las Querendas, de la angostura, de San Juan o de Pungárihuato (…) era un centro de protección y refugio de los naturales frente a las crecidas de los ríos que abrazan al pueblo, pero también lugar donde probablemente se adoraba a Pungaráncha, quien en un proceso de aculturación religiosa, posiblemente entre 1523-1524, un 24 de junio, quizás, en un intento de combatir la idolatría, en peregrinación llevó y encaminó a los naturales a dicho cerro para conmemorar el nacimiento del patrono y protector del pueblo el personaje bíblico Juan el Bautista.
“Por tradición, también se sabe, que el padre Moya, un día antes, instruyó a los naturales del pueblo que para conmemorar y celebrar al santo patrono protector cristiano, se llevaría una cruz de madera –quizás de simples horcones- al cerro de las Querendas, en donde las mujeres deberían de vestir de rojo, porque el color rojo ‘representa la vida y el amor’, en tanto que los hombres lo harían de blanco, porque el blanco es ‘símbolo de pureza religiosa’.
“(…) También por tradición oral, se dice que fray Juan Bautista Moya instruyó a sus amados naturales que para pasar el día en el cerro, se sustentarían con polvo de pinole, alimento muy difundido y consumido en Mesoamérica. Se dice también, que el fraile señaló que con dicho pinole se haría atole al cual agregarían ciruelas (Guingure) de la región disecadas al Sol”.
Así, pues, este habría sido el origen de la tradición de subir al cerro de San Juan para conmemorar el nacimiento de El bautista.