martes, 14 de julio de 2020

La casa de cultura de Cutzamala, presento su espectáculo de bailes regionales.

El día  sábado 15 de febrero, "La Casa de Cultura Cutzamala", presentó su gran espectáculo de bailes regionales y todo el elenco artístico que caracteriza a ese centro de formación juvenil, en el cierre de feria de las festividades en honor a la virgen de la Candelaria de San Lucas, Michoacán.






























Fuente:https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=495561714485829&id=249848685723801

viernes, 10 de julio de 2020

Las lápidas de placeres del oro, Guerrero. Región de Tierra Caliente

El conocimiento arqueológico de Guerrero, comparado con otras regiones de Mesoamérica, es más reciente. Se puede decir que inició hace un siglo, en una etapa que llamé “de exploradores y buscadores de tesoros”. En aquel entonces, William Niven, un personaje de múltiples intereses y habilidades estuvo en Guerrero entre 1890 y 1910. Aunque su interés principal estaba en la explotación minera, también dedicó buena parte de su estancia a explorar varios sitios arqueológicos, tanto en la región central del estado como en la Tierra Caliente, los que ubicó geográficamente. Además, en un diario llevó el registro de algunos de sus hallazgos, describiéndolos por escrito y complementándolos con dibujos, croquis y fotografías.
Poco antes de que estallara la Revolución, en la Tierra Caliente descubrió un “sepulcro” delimitado por dos lápidas labradas en un extraño estilo. Se encontraba cerca del poblado de Placeres del Oro, en un sitio a orillas del Arroyo Vizcaíno, que desemboca en el Río del Oro, tributario del Bajo Balsas.
De arriba hacia abajo, Niven empezó retirando dos lápidas lisas, de poco más de un metro de largo, que estaban colocadas horizontalmente una sobre otra, e inmediatamente bajo ellas encontró una más pequeña, la “Lápida A”, con cerca de 70 cm de largo, pero labrada y colocada boca abajo. Ésta cubría un espacio donde localizó huesos y dientes humanos cremados, al parecer de un infante, y numerosos objetos de ofrenda, cerámicos, de concha, obsidiana y piedra. En el fondo estaba la segunda lápida labrada, la “Lápida B”, de poco más de 80 cm de largo, igualmente colocada boca abajo.
El hallazgo y la descripción minuciosa de las lápidas labradas y algunos objetos de ofrenda fueron ampliamente descritos por Spinden en 1911. Sólo destaco que ambas lápidas estaban rotas por acción del fuego y, aunque distintas en la parte inferior, comparten su elaboración en alto relieve, privilegiando dos motivos: en la parte superior tienen una cara fantástica con ojos circulares enmarcados con serpientes o diseños serpentinos, hocico con dientes puntiagudos, grandes colmillos y una especie de bigotera y barba; el otro motivo es la representación en perfil de cabezas de serpientes con la nariz levantada.

Los personajes y motivos de las dos lápidas fueron comparados con estilos peruanos o del Chavín (Covarrubias, 1961) y, aunque se les dieron otras interpretaciones más, Spinden escribió sobre su sorprendente estilo: “…hay allí tan fuertes señales de individualidad que casi estamos justificados al nombrar estos artefactos como piezas maestras de una nueva área cultural”. Las lápidas se encuentran actualmente en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.
Respecto a las ofrendas, siendo Niven un experto mineralogista, con facilidad identificó la materia prima de las piezas de piedra, entre éstas, dos “incensarios”, uno de diorita y otro de piedra volcánica, un metate zoomorfo de andesita, muy parecido a los del área de Coahuayutla, y una cabecita antropomorfa de jadeíta con rasgos faciales esquemáticos, que muchos años más tarde Covarrubias identificara como de estilo Mezcala (Covarrubias, 1948 y 1956). Gracias a las fotografías de las ofrendas publicadas por Wicks y Harrison (1999), se pueden apreciar también cientos de cuentas de concha, así como varios cajetes de barro.
A pesar de que se han dado a conocer otras lápidas labradas en estilos más parecidos a los de Centro y Sudamérica que a los mesoamericanos, se trató de hallazgos fortuitos presuntamente procedentes de la Tierra Caliente (Reyna 2002), de ahí la importancia del trabajo de Niven para conocer el contexto del sepulcro y de las lápidas funerarias.

Si se desea saber más sobre Niven y sus múltiples actividades en Guerrero, se sugiere consultar: William Niven: un explorador y aventurero en el umbral revolucionario de Guerrero, Diario de Campo, Suplemento No. 49, julio-agosto, 2008, publicado por la Coordinación Nacional de Antropología del INAH.

Texto: Rosa María Reyna Robles, Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH.

domingo, 28 de junio de 2020

El zócalo de Cutzamala embellece

Bajo el liderazgo del Alcalde Timoteo Arce Solís, Cutzamala está cambiando, como se observa el nuevo cambio en el zócalo.





Janiel Reynoso Landin


martes, 10 de marzo de 2020

Maderistas en Teloloapan, Gro., abril 1911

Teloloapan, cabecera del distrito de Aldama, Gro., fue escenario importante del levantamiento maderista en contra de la tiranía del régimen porfirista. Elementos de la clase media rural, rancheros y campesinos acomodados, promovieron y encabezaron el descontento regional y la rebelión, entre ellos, Leovigildo Álvarez, Jesús H. Salgado, Rosario Santana, Eustorgio Vergara, Procopio Guzmán y Mariano Reyna. Después de recorrer y reunir gente en los pueblos del distrito y parte de la región de Tierra Caliente, donde iban renovando autoridades locales y sus seguidores realizando acciones de justicia popular, estuvieron en condiciones de proponerse la ocupación de la cabecera distrital. En Teloloapan no encontraron resistencia y entraron de manera pacífica el 26 de abril de 1911. Ahí acamparon por varios días y se dieron a la tarea de prepararse para participar en el asedio, ataque y toma de la plaza de Iguala el 14 de mayo, en coordinación con las fuerzas comandadas por los hermanos Ambrosio y Rómulo Figueroa, y otros más. Las fotos corresponden a un campamento maderista en las afueras de Teloloapan, y su entrada triunfal a la ciudad.

Texto: Francisco Herrera Sipriano, profesor investigador INAH, Museo Regional de Guerrero.  Imágenes: del libro “Sara Castrejón. Fotógrafa de la Revolución”, de Samuel Villela Flores, INAH; reprografía de Gliserio Castañeda, INAH.




Fuente: https://www.facebook.com/antropologiaehistoriaguerrero/

viernes, 28 de febrero de 2020